sábado, 25 de febrero de 2012

Ochoa, déjà comme chez lui

Este reportaje fue publicado en el periódico L'Equipe el pasado 4 de Febrero. Espero les guste la traducción.




OCHOA, SE SIENTE COMO EN CASA


Una estrella altamente mediática y observada en México, el portero del AC Ajaccio saborea la tranquilidad y los descubrimientos, a veces cómicos, de su nueva cotidianidad corsa.


PIETROSELLA - (Córcega del Sur) de nuestro enviado especial


Simbolizando su nueva tranquilidad, los fondos de pantalla de sus dos teléfonos son una foto de él pescando y la puesta de sol que puede observar desde su jardín. Hace apenas siete meses, Guillermo "Memo" Ochoa no habría podido salir de su casa a comprar pan en su pequeña scooter de 50 cm cúbicos. El día a día del portero internacional de Ajaccio (47 convocatorias a su Selección), quien llegó a Córcega el verano pasado, no tiene nada que ver con lo que hacía en México.

"¿El cambio más grande? La Ciudad", explica el portero de 26 años. Los tumultos de la Ciudad de México, enorme ciudad de 20 millones de habitantes, le parecen a partir de ahora un recuerdo lejano. Sólo con sus seguidores en Twitter (más de 250 000), el nacido en Guadalajara, podría llenar cuatro veces el estadio de Ajaccio. "Para una persona pública, caminar por la calle es imposible en México. Cuando quería ir al cine llevaba mi coche y al llegar, entraba enseguida. Aquí, puedo caminar, caminar, caminar...".


En Córcega, no hay necesidad de preocuparse por los paparazzi. "En la calle, la gente te reconoce pero te saludan de lejos. No te piden fotos o autógrafos, sólo los niños". Eso no es todo, la llegada de una estrella al club con el presupuesto más bajo de la Ligue 1 (1.6 millones de euros), ha dado lugar a escenas cómicas. Como cuando un puñado de policías anti motines fueron invitados a un entrenamiento, no para cuidar el desarrollo de este, sino para tomarse una foto con el Mexicano. Otro ejemplo de su popularidad fue el miércoles pasado cuando el club organizó el evento "Desafío a Memo Ochoa", que le permitió a cinco jóvenes sorteados tirar un penal al portero. "Cada vez que hay un evento público, el club sólo me solicita que les sonria. No llega a ser más de cinco o seis veces".


"No sabía que los erizos de mar se podían comer..."


Ochoa tiene pues, mucho tiempo de disfrutar de la ciudad situada en la costa y a veinte kilómetros de Ajaccio. La vista es impresionante. Ninguna señal de lujos al interior; la pantalla de televisión es grande pero no desmesurada, la sala espaciosa y sólo otras tres piezas completan la decoración, todo en un estilo sencillo. Fuera de sus dominios, el mexicano de cabellera rizada no vive en la extravagancia. Para describirlo, sus compañeros utilizan siempre las mismas palabras: sencillo, discreto, cordial.

Cuando alguno de sus compatriotas mexicanos residentes de la Alta-Córcega vino a verlo entrenar un jueves por la tarde , Ochoa le preguntó si asistiría al próximo partido. "¿No?, entonces nos vemos en quince minutos a la salida de los vestuarios, te regalo dos boletos", le dice después.

"No nos damos cuenta hasta qué punto es una estrella en México. Aquí cuando al equipo no le ha ido bien y la situación ha sido complicada, jamás ha tenido una sola palabra de enojo", reconoce su entrenador Olivier Pantaloni. "Siempre está sonriente, entrenando con Thierry Debès, su suplente. Es de naturaleza tímida. Habla muy poco dentro del grupo".

La barrera del lenguaje no es más un obstáculo para verlo como extranjero, después de sus cuatro horas semanales de clases. Ya había comenzado a estudiar francés en el colegio, lo entiende bien pero no lo habla con soltura. La frecuencia de interacción con Canal + Sport, Eurosport y L'equipe TV le permiten aprender la terminología futbolística. Lo mismo que el vocabulario florido que se encuentra en la cancha y la tribuna. Ni hablar de la lucha con la comida: "escalope de veau panée" (filete empanizado), "côtes d'agneau" (puntas de cordero), "colombu et capitoro"-los dos vinos corsos de su preferencia"- son palabras que salen de su boca sin el menor acento. "Hay muchas cosas exóticas para probar, como los erizos de mar, que ni siquiera sabía que se comían". Uno de sus numerosos descubrimientos. Igualmente aprovechó las festividades de fin de año para hacer turismo en Paris con su familia que viajó desde México.

Después de su llegada a Ajaccio, Ochoa no ha regresado a su país más que cuatro días, durante una concentración con su Selección. Pero la distancia no le pesa. Su nueva vida es una que había imaginado y soñado: "Buscaba esta calma y esta tranquilidad", asegura. Cuando visita la playa que hay detrás de su jardín, a la que sólo otra casa desocupada tiene acceso y donde están las rocas en las que pesca, accesibles solamente para su único vecino -el hermano del anterior técnico de la Selección Francesa, Gérard Houlier-, dice mirando por encima de ellas: "Ajaccio no es el Barça pero tiene todo esto...".

ANTOINE MAUMON 
DE LOGEVIALLE

No hay comentarios:

Publicar un comentario