Torreón, Coahulia, México, domingo 9 de Octubre del 2011
- Ochoa y Hernández complacieron a sus fans en la llegada de la Selección Nacional a la Comarca Lagunera en medio de un aparatoso dispositivo de seguridad
A Guillermo Ochoa y Javier Hernández no les importó el protocolo de seguridad que se implementó para proteger a la Selección Mexicana en Torreón y a su llegada a esta localidad coahuilense quebraron ese blindaje para complacer a sus fans que esperaban con fervor saludar a sus ídolos.
Alrededor de las 14:40 horas de este domingo el autobús del Tricolor apareció rodeado de un aparatoso dispositivo conformado por fuerzas federales, que acompañaron al equipo nacional desde su salida del Aeropuerto Internacional de esta ciudad hasta el hotel de concentración.
Alrededor de siete camionetas tipo Pick Up con elementos policiacos que cargaban con armas largas, además de seis motocicletas y cinco patrullas custodiaron el trayecto de los seleccionados nacionales, y en cuanto llegaron al hotel la mayoría descendió de los vehículos para colocarse en puntos estratégicos y así rodear el lugar.
Lo que no esperaban los policías fue que Javier Hernández y Guillermo Ochoa iban a romper ese cerco policiaco para llegar hasta el público que quedó detrás de las vallas que se colocaron para que supuestamente no hubiera contacto con los jugadores.
El “Chicharito” bajó del autobús y fue directamente hacia donde lo aclamaban sus seguidores, en su mayoría mujeres, para firmar autógrafos, ante la sorpresa de los policías que rápidamente corrieron para rodearlo y con ello tratar de que no hubiera roce con los aficionados.
Y si bien Hernández no tocó a ninguna persona de la afición lagunera, Memo Ochoa aprovechó que la atención se había centrado sobre su compañero y entonces llegó hasta donde sus fans lo recibieron con abrazos y besos, antes de que la policía reaccionara y fuera tras él.
Entre los jaloneos de sus admiradoras por una parte, y de los policías que trataban de sacarlo de ahí, a Ochoa se le atoró el pie izquierdo en una de las vallas y se metió cojeando al hotel.
Fue cuestión de tres o cuatro minutos que Ochoa y el “Chicharito” estuvieron cerca del público, pero suficiente tiempo para que ellas y ellos quedaran complacidos.
“Queremos ‘Chicharito’, queremos ‘Chicharito’”, fueron los gritos de las seguidoras de Hernández cuando el delantero ya las había atendido; mientras que las admiradoras del portero a todo pulmón pedían “que salga Memo, que salga Memo”, prácticamente al borde de las lágrimas por la emoción de haberlo tenido cerca.
Ya con la Selección al interior del hotel, los policías federales se quedaron afuera custodiando el lugar.
Fuente: www.mediotiempo.com
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