lunes, 7 de abril de 2014

Entrevista France Football - Parte 1/3

“Yo iba a firmar con el PSG”

El portero mexicano quien es una estrella en su país, llega al término de su contrato de tres años con el AC Ajaccio. Un club que no era perfecto para él pero con el cuál terminó por identificarse.

Texto por: Franóis Verdenet en Ajaccio | Fotos por: Stéphane Reix / L’équipe

Traducción: Liliana Martínez C.



A mediados de marzo, la playa de Neptune, uno de los lugares de mayor altura en Ajaccio, ofrece un paisaje paradisiaco y ya veraniego. Sobre la arena, los pescadores despachan los erizos de mar, una gran especialidad del lugar durante esta temporada y que serán degustados por docenas durante el desayuno. Son las 11 horas en punto. Guillermo Ochoa llega, cabello negro rizado al viento, look de rockstar. En los vidrios rojos de sus lentes Ray Ban, podemos divisar a lo lejos, el reflejo de las Islas Sanguinaire. Pero las apariencias engañan, el portero no tiene nada de una diva. Tiene una notable gentileza enternecedora con los niños y Tomás, el pequeño principe de la playa de Neptune, lo tutea y le llama “Memo”. Después de su sorpresiva llegada en el verano de 2011, el internacional mexicano se ha convertido en una figura local que con frecuencia ha mantenido al AC Ajaccio con la cabeza fuera del agua. Para su tercera temporada, sus reflejos espectaculares no serán suficientes para salvar al club corso del descenso. Al fin de su contrato, el ex-jugador del América de México saldrá de Ajaccio con la voluntad de quedarse en la Ligue 1 después de la Copa de Mundo, su tercera consecutiva a los 28 años.

Guillermo, ¿de dónde viene el apodo de “Memo”?
Mi papá también se llama Guillermo y su apodo también era Memo, entonces lo heredé. Muchas personas se llaman Guillermo en México pero es verdad que todo el mundo me dice Memo, no me molesta, me gusta.

En verdad eres accesible y los niños te adoran. Puede ser a causa de tu look tan particular, un poco como un rockstar…
Cuando era pequeño mi corte era casi rapado, de los diez a los diecisiete años. Cuando comencé a entrenar con el primer equipo del América a los dieciséis años, los tres porteros adelante de mí, tenían el cabello largo. Me dijeron de broma que si no me dejaba crecer el cabello ya no iba a poder entrenar con ellos! Los escuché y poco a poco fui subiendo de posición. Para el primer juego como profesional, ya tenía esta mata, me ha dado buena suerte. A la gente le gustó y me reconocía por el cabello, entonces me lo dejé así.

¿Te acuerdas de tu primer partido como profesional?
Fue contra Monterrey. Fue el entrenador holandés Leo Beenhakker quien me dio la confianza. Ganamos 3-2. El Estadio Azteca estaba lleno a la mitad, como 50,000 personas. Mi segundo juego fue contra un club boliviano en Copa Libertadores. También ganamos. Tenía diecisiete años.

¿Tenías ya el mismo estilo espectacular en la portería?
Mi estilo es como mi look: natural. Soy mexicano y trato de ser eficaz y espectacular. Fui formado por un entrenador que fue un gran portero argentino, Nestor Verderi, quien es ya grande. Durante la mañana entrenaba con él y en la tarde me iba con los jóvenes. Él me transmitió sus enseñanzas, las cuales son muy “sudamericanas”. El estilo de los porteros es más técnico, menos físico. Buscamos rechazar los balones, tratamos más los reflejos, tratamos de cerrar el ángulo. En México y en Sudamérica, los porteros usan también mucho los pies. Buscamos más la eficacia que la seguridad. Hay que recuperarse rápido y ser rápido en los desplazamientos. De niño y después de adolescente me inspiré mucho de Oscar Córdoba (portero colombiano), de Adolfo Ríos (portero de América de México) o aún de Peter Schmeichel y Gianluigi Buffon en sus inicios.

En México aprendiste a vivir bajo presión…
La conocí desde muy joven pero nunca la he resentido. Allá la presión es parte del show. Mi formación en América me dio la base para ser sólido y recio mentalmente. América es un club inmenso en México y en toda América Latina. Es el equivalente del Bayern Munich en Europa! Tiene millones de seguidores y tiene el Estadio Azteca que puede albergar cerca 115,000 espectadores. Al América o lo amas o lo odias. Todo eso me preparó psicológicamente. Desde mi debut tuve siempre buenas críticas. Me formé en el club y me lanzaron rápidamente al ruedo, todo el mundo estaba detrás mío.

Tu ascenso ha sido brillante…
Fui campeón de México a los veinte años, después gané la Liga de Campeones de la Concacaf en 2006. Jugamos la Copa Mundial de Clubes en Japón donde perdimos en semi-finales con el Barcelona (0-4). Fui seleccionado por primera vez en 2005 y mi primer Mundial fue en 2006 en Alemania. Luego jugamos la Copa América en Venezuela en 2007 donde tuve un gran juego contra Brasil (victoria 2-0). Ese año también estuve entre los 50 nominados al Balón de Oro por su periódico.


Fuente: Revista France Football


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